viernes, 27 de enero de 2017

DÍA DE LA MEMORIA




   Hoy se cumplen 72 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.
Un horror que deseamos de todo corazón no vuelva a repetirse en ningún lugar del mundo y sobre ningún ser humano por los siglos de los siglos de los siglos.
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Dentro de ese campo, y de otros tantos la música tuvo un papel importante y horripilante, pues en cada campo  se estableció que debía haber una orquesta o un coro que interpretara cuando el resto de los prisioneros marchaban a realizar sus trabajos forzados.
Es durísimo imaginar el regreso de estas personas (si regresaban) molidas de tanto trabajar y escuchar machaconamente  ritmos alegres, fox-trot, polkas  y valses y tener que desfilar al ritmo.
Se interpretaba a Brahms, Wagner o Schubert mientras decenas de personas eran ahorcadas en los campos
Y también al introducir a hombres mujeres y niños en las cámaras de gas sonaba la música (tal vez para no oir los gritos de desesperación de los prisioneros)
La música , pues,  se utilizaba para minar los ánimos, para generar desesperación, con el mismo sádico fin con el que se construyeron los campos

En palabras de Primo Levi la música era"hipnosis del ritmo continuo que aniquila el pensamiento y adormece el dolor. Había que oírla sin obedecerle, sin padecerla, para entender qué representaba, por qué motivos premeditados los alemanes habían implantado aquel ritmo monstruoso y por qué todavía hoy se nos hiela la sangre en las venas cuando una de aquellas inocentes canzonetas nos reingresa en la memoria
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Algunos supervivientes de los campos, compositores, músicos o cantantes no volvieron a ejercer su profesión después de la liberación por el trauma que les supuso interpretar en aquellas condiciones.

Os dejo con las palabras con las que empieza "Si esto es un Hombre", la trilogía de Primo Levi, sobre su experiencia en  Auschwitz

Vosotros que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Vosotros que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordar
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana en invierno.
Meditad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.

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